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sábado, 25 de abril de 2015 - 11:26 AM Por BBC Ciencia
"Gracias a BBC Ciencia , aquí les dejamos este interesante articulo que llamo a nuetra atencion pues este fenomeno puede ser una amenaza en cualquier parte del mundo en el momento menos esperado. Asi que observemos nuestras mascotas y su conducta poco usual , pues esta podria alertarnos para tomar medidas de prevencion para cualquier amenaza en progreso." Los Aventureros P.R.
Las vibraciones, cambios en la química del agua y quizás hasta en los campos electromagnéticos son sentidos por los animales.
Las vibraciones primarias de un sismo viajan el doble de rápido que las secundarias y algunos animales pueden ser capaces de detectarlas, aunque no los humanos. (BBC).
Cuando golpea un terremoto, diferentes vibraciones viajan a través del suelo a diferentes velocidades.
Las vibraciones primarias viajan el doble de rápido que las secundarias, que provocan la mayoría de los temblores reales.
Estas ondas primarias son generalmente demasiado sutiles para ser sentidas por los humanos, aunque los sismógrafos las detectarán.
Pero algunos animales pueden ser capaces de detectar estas vibraciones primarias antes de que lleguen las secundarias.
Esto les daría al menos dos minutos para cualquier temblor que esté lo suficientemente cerca para afectarlos.
Historias de serpientes dejando sus madrigueras, perros ladrando excesivamente o pájaros que vuelan siguiendo patrones inusuales, días o semanas antes de un terremoto son más discutibles.Pero pueden haber sutiles cambios previos a un terremoto que los animales sean capaces de detectar.
Un estudio de 2011 de la Open University en Reino Unido encontró que las tensiones que se acumulan a lo largo de las líneas de falla del terremoto liberan partículas con carga eléctrica que se trasmiten por las rocas produciendo cambios químicos en las aguas subterráneas.
Esto podría haber sido la razón de que los sapos de repente dejaran sus estanques unos días antes del terremoto que golpeó L’Aquila, en Italia, en 2009.
Su estanque se hallaba a 74 kilómetros del epicentro del terremoto.
sábado, 25 de abril de 2015 - 11:26 AM Por BBC Ciencia
"Gracias a BBC Ciencia , aquí les dejamos este interesante articulo que llamo a nuetra atencion pues este fenomeno puede ser una amenaza en cualquier parte del mundo en el momento menos esperado. Asi que observemos nuestras mascotas y su conducta poco usual , pues esta podria alertarnos para tomar medidas de prevencion para cualquier amenaza en progreso." Los Aventureros P.R.
Las vibraciones, cambios en la química del agua y quizás hasta en los campos electromagnéticos son sentidos por los animales.
Las vibraciones primarias de un sismo viajan el doble de rápido que las secundarias y algunos animales pueden ser capaces de detectarlas, aunque no los humanos. (BBC).
Cuando golpea un terremoto, diferentes vibraciones viajan a través del suelo a diferentes velocidades.
Las vibraciones primarias viajan el doble de rápido que las secundarias, que provocan la mayoría de los temblores reales.
Estas ondas primarias son generalmente demasiado sutiles para ser sentidas por los humanos, aunque los sismógrafos las detectarán.
Pero algunos animales pueden ser capaces de detectar estas vibraciones primarias antes de que lleguen las secundarias.
Esto les daría al menos dos minutos para cualquier temblor que esté lo suficientemente cerca para afectarlos.
Historias de serpientes dejando sus madrigueras, perros ladrando excesivamente o pájaros que vuelan siguiendo patrones inusuales, días o semanas antes de un terremoto son más discutibles.Pero pueden haber sutiles cambios previos a un terremoto que los animales sean capaces de detectar.
Un estudio de 2011 de la Open University en Reino Unido encontró que las tensiones que se acumulan a lo largo de las líneas de falla del terremoto liberan partículas con carga eléctrica que se trasmiten por las rocas produciendo cambios químicos en las aguas subterráneas.
Esto podría haber sido la razón de que los sapos de repente dejaran sus estanques unos días antes del terremoto que golpeó L’Aquila, en Italia, en 2009.
Su estanque se hallaba a 74 kilómetros del epicentro del terremoto.