La Calzada de
los Gigantes es una singularidad geológica y la estrella indiscutible del viaje
por la costa oriental del condado de Antrim, el enclave natural más visitado en Irlanda del Norte. Este prodigio está formado por cerca
de 40.000 columnas de basalto, la mayoría
hexagonales, que descienden
escalonadamente hasta el mar. Según la leyenda, surgió de la lucha entre dos
gigantes, el irlandés Finn McCool y el escocés Bennandoner, que continuamente
se lanzaban rocas, tantas, que acabó formandose un camino de piedras sobre el
agua.
La Calzada de los Gigantes se gestó durante una erupción
hace 55 o 60 millones de años. Una gran colada de lava debió quedar atrapada en
un declive del terreno. La parte superior, expuesta al aire, se enfrió más
deprisa que la inferior. Al contraerse se formaron las columnas poligonales, de
manera parecida a como se cuartea un suelo arcilloso cuando pierde el agua.
A 3 km del
pueblo de Bushmills se halla el Centro de Visitantes e Interpretación
de la Calzada. Hasta ella se puede llegar en coche, aunque es más atractivo
seguir un sendero costero de 2 km que deja sentir la magia de este lugar, en el
que habitan numerosas aves marinas.
En este paraje
de espectrales acantilados y miles de columnas geométricas, el
visitante se ve transportado a otro planeta. El camino pasa por la panorámica
punta de Chimney Tops y deja ver rocas de nombres curiosos como El Arpa, Los
Órganos, Los Ojos del Gigante y La Silla de los Deseos.
La excursión
puede incluir las ruinas del castillo medieval de Dunluce, sobre una
cresta a 7 km, y Bushmills, con pubs y destilerías, entre ellas Old Bushmills,
que dicen es la más antigua del mundo, según la licencia otorgada en 1606 por
el rey Jacobo I.