Saludos Lectores:
El dragón
azul es una especie de molusco de pequeño tamaño, de unos 3 o 4 centímetros, cuyo
hábitat es el océano. En concreto, pertenece a la rama de los gasterópodos
nudibranquio, también denominados babosas marinas, con unas características muy
peculiars, por ejemplo, los dragones azules se alimentan de especies como
las medusas y, tras la ingesta, son capaces de mantener las propiedades
urticantes de estas medusas. De este modo, los dragones azules se protegen
de los depredadores. “Por razones divulgativas diremos que “acumula su
veneno” por lo que no tocar ni molestar es siempre la mejor medida de
interacción con la naturaleza. Además, debido a su llamativo color azul y a su
pequeño tamaño, se camufla de forma excelente en el agua del mar, y es
poco habitual en las costas, aunque su presencia tampoco es extraña. No
obstante los estudiosos aseguran que, aunque el riesgo sea mínimo, lo más
adecuado es evitar su contacto para minimizar las posibilidades de reacción y
urticaria. “Debemos tener cuidado de que menores y especialmente bebés no
jueguen con ellos ni se los coman, por muy atractivos que les parezcan. Si los
hemos tocado por casualidad, es importante lavarnos bien las manos y no
tocarnos la cara o los ojos. Pero hasta ahí la alerta”, declaman desde esta
entidad.