Hoy descubriremos a una tribu sorprendente: los bajau, también conocidos como nómadas del mar o gitanos del mar. Se encuentran ubicados en Filipinas, concretamente en las islas Joló y en la península de Zamboaga.
Pero si hay algo realmente impresionante de esta tribu, es el cómo su cuerpo ha mutado para ser distinto al del resto de los humanos
Los bajau construyen sus casas sobre el agua y embarcaciones con madera. Estas, llamadas lepa, les propinan un modo de vida completamente distinto al que nosotros conocemos.
Sin embargo, lo más sorprendente es que sus integrantes pueden llegar a aguantar la respiración durante 13 minutos y llegar, buceando, hasta los 60 metros de profundidad. Por tanto, los bajau están perfectamente adaptados al estilo de vida y las necesidades que en el mar se requieren.
Una increíble capacidad que llamó la atención de Melissa Llardo, del Centro de Geogenética de la Universidad de Copenhague. La investigadora dirigió un estudio sobre el tema y los cambios en su anatomía que les permiten llevar a cabo tales hazañas.
Durante sus viajes, la doctora Llardo descubrió que, entre los bajau, su bazo no es similar al del resto de los humanos. Esto le llevó a pensar que podría tratarse del motivo por el cual los bajau pueden sumergirse durante tanto tiempo y a tanta profundidad.
Con la ayuda de una máquina de ultrasonido, Llardo escaneó los cuerpos de 59 personas, encontrando que su bazo era considerablemente más grande, concretamente hasta un 50 % más grande que, por ejemplo, otros bajau que habitan en tierra. Resulta que el bazo regula la cantidad de sangre en el cuerpo y, por tanto, de oxígeno.
Llardo tiene la teoría de que, con el paso del tiempo, la selección natural habría ayudado a que los bajau, que llevan miles de años viviendo en la región, desarrollaran esta ventaja genética. Por ello, se centraron en dos genes importantes: el PDE10A y FAM178B.
El PDE10A se relaciona con el control de la tiroides y sus funciones. Aunque solo ha sido probado en ratones, los investigadores saben que un alto nivel de esta hormona hace que el bazo crezca de tamaño. Por ello, se piensa que este fenómeno está relacionado con lo que ocurre entre los bajau.
Por su parte, el gen FAM178B influye en el nivel de dióxido de carbono en la sangre. En el caso de los bajau, este gen deriva de los denisova, un homínido que habitó la Tierra entre un millón y 40 mil años atrás. Al parecer tiene que ver con que algunos humanos puedan vivir en zonas muy altas de planeta. Según los investigadores, así como este gen ayuda a sobrevivir a una gran altitud, también podría ayudar a que los bajau sean capaces de llegar a tales profundidades.
Así pues, comprender por qué los bajau son tan excepcionales podría ayudar al resto de la humanidad. Concretamente serviría para tratar la hipoxia aguda, que es cuando nuestros tejidos no tienen oxígeno suficiente y que puede provocar la muerte. Por consiguiente, si los investigadores pudieran conocer un modo de hacer que el bazo llevara más oxígeno, las muertes por esta condición se reducirían considerablemente.